Impedir que la otra persona trabaje, excluirla de la administración del dinero del hogar o restringirles el acceso a cuentas bancarias son solo algunas de las formas en las que se disfraza el control económico dentro de una relación de pareja o familiar. Aunque no son fáciles de reconocer, por las sutilezas que pueden mediar en ellas, estas prácticas forman parte de la violencia económica.
Con la promulgación del nuevo Código Penal de la República Dominicana, mediante la Ley núm. 74-25, este tipo de violencia quedará tipificada como delito ante los ojos de la justicia nacional, junto a otras figuras de recién ingreso como la estafa piramidal y la intermediación financiera no regulada.
El artículo 124 de la ley penal define la violencia económica como “el uso de medios para controlar, restringir o manipular los recursos económicos de la víctima, mediante amenazas, coerción o medidas que limiten su acceso a bienes y servicios, tales como retención de salarios, distracción de bienes, apropiación de propiedades o imposición de restricciones económicas para mantener una posición de poder sobre la víctima”.
La misma norma diferencia este delito de la violencia patrimonial, entendida como “cualquier acto que implique daño, destrucción o sustracción de bienes materiales o propiedades de la víctima, con el fin de causarle perjuicio económico o emocional”.
En la República Dominicana, datos divulgados en 2023 por el Observatorio de Género de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) revelan que una de cada cinco mujeres (21%) afirma haber sido víctima de la violencia económica. Se trata de una forma de agresión que afecta de manera desproporcionada a las mujeres, limitando su autonomía económica, es decir, la capacidad de producir y administrar recursos propios.
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Impacto emocional en las víctimas
La psicóloga Soraya Lara Caba, presidenta del Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (PACAM), explica que la violencia económica repercute más allá de la privación material, llegando a afectar el bienestar emocional de quienes la sufren. Investigaciones y años de atención a víctimas respaldan esta conclusión.
“A mayor violencia económico-patrimonial, mayor depresión, mayor ansiedad, mayor ideación suicida y mayores síntomas de estrés postraumático. La violencia no se da sola”, afirma la profesional en una entrevista para la Asociación de Bancos Múltiples de la República Dominicana (ABA)1.
Esto significa que, en una víctima, la violencia económica suele coexistir con otras formas de maltrato, como el psicológico, físico o sexual.
El reconocimiento explícito de este tipo de abuso como formas de violencia doméstica e intrafamiliar constituye un avance para la protección de las víctimas, en su mayoría mujeres, cuya dignidad y autonomía financiera se ven comprometidas. A los fines de implementación judicial, el nuevo Código Penal entrará en vigor a partir de 2026, tras agotar un año de adaptación y preparación de las instancias vinculadas.
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- Manifestaciones de la violencia económica que debes reconocer en una relación. Publicado en Manifestaciones de la violencia económica en una relación – ABA. De noviembre 27, 2024 ↩︎