Históricamente, las personas con discapacidad (visual, auditiva, de movilidad y cognitiva, entre otras), han enfrentado barreras significativas para acceder a productos y servicios, a pesar de las iniciativas desarrolladas por distintos sectores, incluidas las entidades de intermediación financiera.
En la era de la transformación digital, se hace necesario que la promoción de las tecnologías disruptivas tenga la visión de fungir como recurso para incluir a las personas con discapacidad, asegurando el pleno acceso a servicios de mayor calidad. En este sentido, la adopción de la firma electrónica es una poderosa herramienta para derribar estas barreras porque representa un salto hacia la autonomía y la inclusión financiera
La firma electrónica facilita la realización de trámites administrativos y financieros desde cualquier lugar. Esto elimina la necesidad de desplazamientos físicos, manipulación de documentos en papel y dependencia de terceros, ofreciendo un entorno más seguro, confiable y transparente y permitiendo la apertura de cuentas bancarias de forma remota sin presentarse físicamente en una sucursal.
Otro aspecto fundamental es el fortalecimiento de la seguridad y la privacidad de los datos. Las personas con discapacidad a menudo se ven obligadas a compartir información sensible con terceros para realizar transacciones financieras o legales, lo que puede poner en riesgo su información personal, además de exponerlas a fraudes y manipulación indebida.
La firma electrónica ofrece una mayor autonomía financiera para realizar solicitudes de préstamos, contratación de productos como tarjetas de crédito, seguros y otros trámites, sin manipular documentos físicos, por medio de canales digitales.
Esta facilidad tecnológica ofrece una experiencia más inclusiva y personalizada, reduciendo prácticas discriminatorias. Al habilitar a las personas con discapacidad para realizar trámites con la misma facilidad y bajo los mismos procedimientos que las demás, se promueve la igualdad de condiciones, que ha sido largamente esquiva.
La República Dominicana asumió un compromiso nacional con el desarrollo inclusivo y el acceso a los servicios digitales con la “Agenda Digital 2030”. Dentro de su Plan de Acción 2021-2024, la inclusión financiera ocupa un lugar primordial, lo que implica garantizar la igualdad de oportunidades a las personas con discapacidad.
La Asociación de Bancos Múltiples de la República Dominicana (ABA) está comprometida con la creación de una economía más inclusiva para todos, por lo que ha sido pionera en reconocer y promover la firma electrónica como un paso significativo hacia la inclusión financiera de las personas con discapacidad.