“¿Cuándo gastamos tanto en comida? ¿Y estas facturas de taxi? ¿Sabías de todas estas compras en la aplicación de juegos?”. Seguro has repetido estas preguntas y muchas más. Estas incógnitas de gastos “sorprendentemente” excesivos en nuestras cuentas y facturas son provocadas por los gastos hormiga, fantasma y vampiro.
En principio, estos gastos son generados por preferir comodidad más que ahorro, descuidarnos con los mantenimientos del hogar y vehículos, así como también por una falta de seguimiento a los números rojos en nuestra cuenta bancaria.
Dichas fugas financieras han sido clasificadas de la siguiente manera para un mejor entendimiento y, así, cambiar nuestros hábitos por acciones más favorables para nuestros bolsillos:
Gastos hormiga
Estos gastos rinden tributo a su nombre, son tan pequeños y típicos de en la cotidianidad que se suelen subestimar. Al momento no representan una gran suma de dinero, sin embargo, si sumas todos tus gastos hormiga a final de mes, notarás que es una cantidad considerable.
De poco a poco, gastas en antojos, comidas fuera de casa, un cafecito, propinas, meriendas, servicios de transporte, y otros.
El peligro de estos sutiles gastos es que no son planificados y por ser cantidades pequeñas le restas importancia, pues ¿qué son RD$45 por un café? (sin calcular cuántos nos tomamos a la semana…)
Para identificar cuántas hormigas cargan de a poco con tus ahorros, lo mejor es guardar las facturas de menor consumo, o anotar cada uno de los egresos más pequeños y así descubrir el monto final de tus gastos hormiga. Con esto, podrás saber si necesitas hacer ajustes.
Recomendación: si la cantidad es elevada, recuerda que está en tu control administrar mejor los antojos del día a día. Te recomendamos crear un presupuesto específico para estos pequeños gastos y ceñirte a tu límite.
Te puede interesar: Cómo iniciar tu fondo de emergencias
Gastos fantasma
¡Son los que llegan y nadie sabe ni cómo ni cuándo! Los gastos fantasma están adheridos a tu tarjeta de crédito o de débito. Se descuentan de tus ingresos de manera automática, por lo cual no los supervisas con tanta frecuencia.
Los gastos fantasma son las suscripciones a servicios de streaming o entretenimiento digital, membresías de clubes o gimnasio, compras digitales, y así. Por ejemplo, es común suscribirse a una prueba gratis y al final te olvides de cancelar el cobro, aunque hayas decidido que no le darás uso.
Por ejemplo, es común suscribirse a una prueba gratis y al final te olvides de cancelar el cobro, aunque hayas decidido que no le darás uso.
Recomendación: la mejor forma de evitar esta fuga en el bolsillo es evaluar aquellas suscripciones que tienes son realmente necesarias y activamente útiles. Elimina de las que puedes prescindir.
Gastos vampiro
Se refieren a los gastos relacionados casi siempre a tus servicios básicos, como luz, agua e internet. El problema está en que estos pueden variar “imperceptiblemente” dependiendo de tu consumo mensual. Entonces ese aumento ‘chupa’’ tus bolsillos un poco más o un poco menos cada mes. Sin darte cuenta te acostumbras a presupuestar esos cambios.
En esta categoría también se incluye el mantenimiento del hogar o de los vehículos cuando postergas la revisión de alguna avería y luego resulta que el arreglo cuesta más que cuando el problema empezó.
También el dejar equipos electrónicos conectados cuando no los usas. Esto genera un aumento gradual del consumo de energía que se refleja en tus cuentas por pagar.
Recomendación: lleva un control del consumo de tus servicios básicos para que puedas detectar que está produciendo el aumento en el gasto. Así no serás más una víctima de los vampiros de bolsillos.
Recuerda planificar tus gastos, tener un fondo de emergencias y elaborar un presupuesto según tu estilo de vida para que estos gastos no ataquen tus ingresos.