Tener un fondo de emergencias es una garantía para afrontar situaciones imprevistas que disminuyen tus ingresos.
¿Qué pasaría si mañana pierdes tu empleo? ¿Tendrías dinero suficiente para cubrir los gastos fijos por los próximos tres meses? Si las cuentas no te dan, quiere decir que necesitas un fondo de emergencia. Este es un colchón financiero que creas para atender un suceso inesperado, no planificado, como los desastres naturales, una enfermedad, un despido o accidentes.
Teniendo un monto para imprevistos evitarás acudir a otros métodos que podrían tener un coste económico adicional para tu bolsillo, como pedir un préstamo a familiares o amigos, solicitar un crédito bancario o sobregirar la tarjeta de crédito.
Sigue leyendo y aprende cómo iniciar un fondo de emergencias para mantener tu seguridad financiera.
Paso 1. Establécelo como un propósito financiero
Sí, en la práctica un fondo de emergencia no funcionará si no te propones primero ahorrar. Alcanzar ese objetivo pasa por establecer una meta y el compromiso de cumplirla.
Un propósito financiero puede ser: controlar tus gastos mensuales, respetar al pie de la letra tu presupuesto mensual o, en este caso, iniciar el fondo de emergencia este mes.
Paso 2. Separa un monto fijo para el fondo de emergencia
En tu presupuesto siempre debes contemplar el monto para tu fondo de emergencia. Por ejemplo, de ahora en adelante, antes de pagar tus gastos fijos o comprar ropa y comida, separa un porcentaje de tus ingresos para el fondo y luego cancela tus deudas.
Destina del monto que ahorras mensualmente una parte para el fondo. Por ejemplo, si ahorras 6.000 pesos, guarda fijo 2.000 pesos para las emergencias.
Recomendación: si tus ingresos mensuales aumentan, entonces también incrementa el monto que destinas a tu colchón financiero.
Paso 3. Calcula el tamaño adecuado de tu fondo
No hay una fórmula exacta para determinar la capacidad que debe tener el fondo de emergencia, pues dependerá de tus gastos mensuales. Según la teoría, deberías alcanzar un ahorro mínimo de 3 meses y un máximo de 6 meses de gastos fijos.
En caso de que ya cuentes con un ahorro para imprevistos, el objetivo es que logres una cobertura de 12 meses de tus desembolsos mensuales.
Recomendación: analiza tus gastos mensuales y define cuáles son tus gastos variables (transporte, alimentación, salud) y los fijos (alquiler, seguro, colegio, gimnasio). El total será el monto del fondo de emergencia que necesitas para enfrentar con solvencia alguna situación inesperada.
Paso 4. Define dónde depositarás los fondos
Como su nombre lo indica, este dinero debe estar disponible de inmediato para cubrir la emergencia. Es por ello que debes considerar dónde depositarlo para que puedas acudir cuando realmente lo necesites.
Lo ideal es que tengas una cuenta de ahorros exclusiva para este fin para que así no gastes el dinero innecesariamente. La cuenta debería contar con una tarjeta de débito para que retires en cualquier momento.
Ahora sí. Ya estás listo para afrontar cualquier escenario inesperado que implique un desembolso de dinero importante. Con tu fondo de emergencia tendrás la solidez financiera para proteger tu futuro y el de tu familia.