Plantear que el mundo ha cambiado resultaría vago o acaso corto en alcance si no se considerara que, mientras se expresa dicha certeza, hay nuevos cambios gestándose y las novedades que entendíamos conocidas o dominadas están siendo superadas por otras. Es lo que ocurre con el trabajo y, por tanto, también sucede con la demanda de formación.
Aquí de pronto entran en juego dos conceptos que, en esa pragmática síntesis del idioma inglés, se conocen como “reskilling” y “upskilling”.
Con el upskilling, la persona busca adquirir nuevos conocimientos, competencias y habilidades o, en todo caso, optimizar o actualizar los ya adquiridos. El objetivo radica en colocarse al nivel de las últimas tendencias en su área, dictadas por cambios tecnológicos, regulatorios o del mercado, y mantenerse competitiva en el rol que desempeña.
En cambio, cuando hablamos de reskilling, hacemos alusión a un replanteo del perfil laboral, cuyo interés podría enfocarse hacia un ascenso, por ejemplo, un nuevo puesto o hasta un cambio de área u ocupación. En este proceso, los trabajadores obtienen competencias y habilidades completamente nuevas, a fin de estar preparados para la transición.
En este contexto, el término de trabajador o trabajadora puede hacerse extensible al trabajo independiente e, incluso, al emprendimiento, es decir, todo aquello que requiere el empleo de conocimientos y habilidades para aplicarlo a la obtención de utilidades.
Algo de alcance mundial adaptable a lo local
Partiendo de este retador panorama para la productividad en el campo laboral, con incidencia para el mundo de los negocios, para el financiero por supuesto y para la economía nacional, la Asociación de Bancos Múltiples de la República Dominicana (ABA) ha venido configurando una propuesta de valor tendente a impulsar esa respuesta efectiva que demandan los tiempos.
Como parte de una estrategia para ofrecer un hub de soluciones de cara a las dinámicas cambiantes en capacitación para el trabajo y el emprendimiento, la ABA ha anunciado el lanzamiento de una plataforma formativa para incorporar nuevas competencias y habilidades del talento humano.
Retomando la línea del reskilling y el upskilling, en la riqueza de la lengua castellana, ambos conceptos confluyen en la idea de reciclaje profesional para la adaptación al cambio. De eso se trata.
De acuerdo con el informe de la más reciente encuesta del Futuro del Empleo, del Foro Económico Mundial, los empleadores consultados no solo están conscientes de la transformación permanente y la creciente necesidad de formación continua, sino que, además, fruto de ese convencimiento, están dispuestos a impulsar dicho reciclaje en el plano laboral. Incluso, un 86% respondió que prevé financiar sus propios programas de formación.
Extrapolando dichos estimados al plano local, lo relevante es que esta disposición encuentre el respaldo de planes de capacitación y actualización que se ajusten a los riesgos y oportunidades del mercado e incluso a las necesidades particulares de cada organización. Más todavía: a los requerimientos de cada perfil.
En esa dirección, la propuesta de valor de la ABA, disponible a través de la Unidad de Capacitación de Aula ABA, pone a disposición de estudiantes y profesionales del país más de 13,000 cursos, micro credenciales y rutas de aprendizajes asincrónicos en diversas áreas de conocimiento y distintos niveles académicos y ejecutivos, con la flexibilidad de adecuarlos a los intereses y las necesidades de cada empresa y de cada talento.
“Ante la creciente demanda de capacitación permanente que nos presenta la transformación tecnológica y la nueva era de la información del siglo XXI, se hace necesario desarrollar nuevas competencias y habilidades para el talento humano y es precisamente lo que ofrecemos desde la ABA con rutas de aprendizaje que pueden ser armadas a la medida de las empresas, según su necesidad, y que pueden agotarse en el propio ritmo y horario de los usuarios”. Eso es lo que ha proclamado el gremio.
La oferta de capacitación asincrónica de la ABA, diseñada con base en las características y necesidades del mercado dominicano, conecta con la plataforma global de capacitaciones Coursera, que cuenta con 300 millones de registros.
Bajo esta modalidad, la ABA lanzó recientemente rutas de aprendizaje intensivo con duraciones de uno, tres y seis meses, en formato bootcamps. Esta metodología, común en el sector tecnológico, se caracteriza por su enfoque práctico y acelerado para el desarrollo de habilidades específicas en corto tiempo. Por supuesto que, luego del dominio de los conocimientos, reviste gran importancia el respaldo en términos de certificación, así como de prestigio de la casa emisora.
A través de la alianza con Coursera, el hub de Aula ABA brinda acceso a programas certificados por las empresas y las universidades más prestigiosas del mundo, como Princeton, Yale, Toronto, y por firmas de la categoría de IBM, Intel, HubSpot, para solo citar algunos ejemplos. De este modo, surge como una solución idónea tanto para el profesional en ejercicio, como para el estudiante de grado o postgrado que necesita añadirle a su plan de estudios la flexibilidad y capacidad de adaptación que demanda el mercado.
Hacia dónde apunta la brújula
No cabe duda, como ya se ha planteado, que las necesidades varían según la particularidad del país, del sector, de la empresa particular y del talento mismo. No obstante, existen macrotendencias que marcan el rumbo y el ritmo de esa gran transformación.
Según el Informe sobre el Futuro del Empleo 2025, se prevé que la ampliación del acceso digital sea la tendencia más transformadora del mundo laboral, ya que el 60% de los empleadores prevé que cambiará significativamente sus negocios para 2030, lo que traza una línea de continuidad con un proceso que ya se viene observando desde hace años.
También se espera gran incidencia de parte de los avances tecnológicos, en particular el desarrollo de la inteligencia artificial, y el procesamiento de datos (86%), la robótica y la automatización (58%), así como la generación, almacenamiento y distribución de energía (41%), fruto de los nuevos enfoques que surgen en respuesta al cambio climático.
“Se prevé que estas tendencias tengan un efecto divergente en el empleo, impulsando tanto los puestos de trabajo de mayor crecimiento como los de mayor declive, e impulsando la demanda de competencias tecnológicas, como la IA y el big data, las redes, la ciberseguridad y la alfabetización tecnológica, que se prevé que sean las tres competencias de mayor crecimiento”, indica el informe, que también enumera las habilidades duras y blandas más requeridas en sentido general, como las particulares de cada industria o sector.
Solo para una muestra, la mitad de los empleadores planea reorientar sus negocios en respuesta a la IA, dos tercios prevén contratar talento con habilidades específicas en IA, mientras que el 40% estudia reducir su plantilla cuando la IA pueda automatizar tareas.
Ante la contundencia de estos datos, la resiliencia y la adaptación emergen como ideas clave, a modo de imperativo para la formación continua.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición impresa de elDinero #494, del 26 de junio del 2025.