22 octubre 2017

Lamenta persistencia de rígidas medidas antilavado contra banca latinoamericana

El presidente de Felaban, José Manuel López Valdés, deplora que las autoridades norteamericanas impongan medidas decisiones cada vez más inflexibles que afectan el desarrollo financiero latinoamericano y los negocios con la banca corresponsal. 

Washington, Estados Unidos.- Pese al notable avance que han logrado los países y la banca de América Latina en estándares relacionados con la prevención de lavado de activos y financiamiento al terrorismo, las autoridades norteamericanas persisten en mantener medidas inflexibles que afectan, principalmente, los negocios con banca corresponsal y el desarrollo financiero de la región. 

En esos términos se pronunció el presidente de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), José Manuel López Valdés, durante su discurso “Retos y soluciones para mitigar los efectos del De-Risking en América Latina”, en el marco del XIV Diálogo Regional de Política ASBA-BID-FELABAN, celebrado en Washington, Estados Unidos. 

López Valdés, quien también preside la Asociación de Bancos Comerciales de la República Dominicana (ABA), informó que el cumplimiento de medidas antilavado en países de América Latina evaluados oscila entre el 73% y el 90% de Recomendaciones Cumplidas y Mayormente Cumplidas, frente a anteriores informes cuyos resultados fluctuaron entre el 24.4% y el 59% respectivamente.  

En el caso de Estados Unidos, agregó que, en los últimos diez años, este país ha presentado un deterioro en el cumplimiento de dichas recomendaciones, las cuales pasaron de 31% a 23% las Cumplidas, y de un 57% a un 53% las Mayormente Cumplidas. 

Los datos corresponden un estudio efectuado recientemente por Felaban referente a los últimos Informes de Evaluación Mutua realizados por el Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (GAFILAT) o el Grupo de Acción Financiera del Caribe (GAFIC) a los países latinoamericanos, se evidenció que las naciones que conforman la región muestran un significativo grado de cumplimiento técnico de las Recomendaciones del GAFI. 

“Mientras se observa un cada vez mayor cumplimiento de las Recomendaciones del GAFI desde el punto de vista técnico por parte de los países latinoamericanos, el De-Risking continúa en la región, lo cual nos hace ver que elementos tan importantes en la evaluación del riesgo de lavado de activos y financiamiento al terrorismo, como las Evaluaciones Mutuas, no son tenidos suficientemente en cuenta por la banca corresponsal y las autoridades norteamericanas”, afirmó. 

Impacto del fenómeno De-Risking

Al analizar los efectos del De-Risking, López Valdés  citó, entre otros, que este fenómeno impacta negativamente en los niveles de inclusión financiera, debilita el crecimiento económico, afecta actividades legítimas y a sectores de la población generando informalidad; afecta el flujo y el costo de las remesas  a América Latina y promueve la utilización de agentes o canales no regulados, exponiendo a los países  a un mayor riesgo de lavado de activos y financiación del terrorismo, que es precisamente lo que se busca evitar. 

“Los factores que más influyen en el De-Risking lo constituyen las mayores exigencias regulatorias, las altas cargas de cumplimiento en prevención y control al lavado de activos y financiación del terrorismo y el incremento en las sanciones por fallas o debilidades en su cumplimiento”, expresó el presidente del gremio que representa a la banca latinoamericana. 

Con el objetivo de mitigar los efectos de este fenómeno, consideró viable que se flexibilice la carga regulatoria y que ésta sea equilibrada y proporcional al riesgo, que se establezca una estandarización de los parámetros de aplicación de las normas del GAFI en Estados Unidos y Latinoamérica; además de que se creen espacios de participación conjunta de los bancos y las autoridades norteamericanas y de la región y otros grupos de interés, a fin de que se logren accionen concretas al respecto. 

Otras de las soluciones, agregó, sería extender  el sistema de pagos regional que opera actualmente en países de Centroamérica y República Dominicana, ya que además de que cuenta con los debidos controles de prevención de lavado de activos, mediante éste se realizan transferencias de dinero que involucran pagos de bienes y servicios, así como el envío y recibo de remesas entre las personas y empresas domiciliadas en dichos países sin necesidad de utilizar los bancos corresponsales que dan los servicios en Estados Unidos y donde las cuentas se debitan y se acreditan en un promedio de 15 minutos. 

“En adición, ello se robustecería aún más si la banca regional latinoamericana incursiona y amplía sus operaciones de corresponsalía entre los países de la región”, afirmó López Valdés. 

 

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