¿Bajar los impuestos para aumentar las recaudaciones? Suena ilógico, pero tiene su justificación, del mismo modo que reducir precios puede elevar las ganancias de las empresas que lo hacen.
La base de esa aparente contradicción está en lo que los economistas suelen llamar “elasticidad”, que es una medida del efecto que la reducción provoca en las recaudaciones o en las ventas de un producto, según sea el caso. En materia de recaudaciones, si la elasticidad es alta y el impuesto disminuye, la rebaja será más que compensada por un mayor volumen de transacciones e ingresos gravables.
Pero, ¿es la elasticidad de los impuestos realmente alta? Eso depende de dos supuestos.
Uno de ellos es que la actividad económica crecerá más al bajar los impuestos, lo que generará más recaudaciones.
El otro supuesto, avalado por múltiples experiencias en muchos países incluyendo la RD, es que la evasión fiscal tiene costos para quien la lleva a cabo, entre ellos el riesgo de ser descubierto, las penalidades a que está sujeta, las dificultades para obtener financiamientos, y los trastornos en la contabilidad, las transacciones, el índice de crédito, las inversiones, el registro de propiedades, las compras y las ventas. Las recaudaciones suben cuando el costo de la evasión excede el monto del impuesto a pagar, razón por la que frecuentemente la rebaja es complementada con una amnistía fiscal que reduce el costo de hacer declaraciones más veraces o regularizar la situación tributaria.
Sucede, sin embargo, que a pesar de sus aparentes beneficios la mayoría de los gobiernos no favorecen las rebajas de impuestos, pues las ven como apuestas riesgosas. No están seguros de que las recaudaciones subirán, o cuánto tiempo tardarán en subir. Temen que si el asunto no funciona luego sea difícil volver a elevar los gravámenes. O no están dispuestos a conceder una amnistía por considerarla injusta.
Artículo publicado en el periódico Diario Libre, en la columna “Global y Variable”. Miércoles 8 de agosto de 2012.