El gobierno de Chile efectuó la mayor subasta de contratos de suministro de energía eléctrica en la historia de esa nación.
Las subastas han demostrado ser un mecanismo idóneo para que los vendedores logren un mejor precio para los artículos que ofrecen, o para que los compradores paguen lo menos posible por los productos que necesitan. Pero el momento en que la subasta se lleva a cabo afecta sus posibilidades de éxito. No suele ser aconsejable, por ejemplo, subastar adornos navideños en julio o electrodomésticos en épocas de extensos apagones.
Aún así, la conveniencia o no del momento puede ser engañosa, como demuestra una reciente subasta en Chile. A primera vista parecía que la situación económica era poco favorable. El precio y la producción de cobre, el principal renglón minero de exportación de ese país, habían descendido. Los datos estadísticos revelaban que el sector industrial estaba estancado. Había protestas sociales por pensiones y servicios públicos. El PIB tuvo en el segundo trimestre del 2016 su primer declive en los últimos seis años.
La confianza respecto del comportamiento a corto plazo de la economía había descendido. Y se registraba una caída en el gasto de los consumidores. A pesar de eso, el gobierno de Chile efectuó la mayor subasta de contratos de suministro de energía eléctrica en la historia de esa nación.
Una combinación de elementos dio lugar a que los resultados de la subasta fueran un gran éxito para la administración de la presidenta Bachelet, acosada por escándalos y por bajas en su popularidad.
Por su período de puesta en marcha, las perspectivas a tomar en cuenta no fueron las del momento actual sino las de su incidencia a mediano plazo, a lo que se añadieron los avances en las tecnologías de generación alternativa.
Según declaraciones a la prensa, el gobierno chileno anunció que el precio promedio conseguido para el suministro es un 40% menor que el logrado en el 2015, lo que supondrá una reducción de entre el 20% y el 25% en la tarifa de electricidad dentro de cinco años.
Escrito por Gustavo Volmar, para su columna Global y Variable que se publica en el periódico Diario Libre, el martes 13 de septiembre de 2016.