Si bien es cierto que muchas veces los emprendimientos inician como un método adicional para generar ingresos o quizás producto de un pasatiempo que resultó agradable para el público, algunos de estos inician desde el marco de la informalidad.
Siendo así, a los emprendedores les genera temor la idea de formalizar su negocio, pues representa asumir mayores obligaciones y responsabilidades.
Formalizar un negocio se entiende como el proceso en el cual un emprendimiento cumple con los requisitos legales y operacionales que le suministran las herramientas para estar dentro del marco de la legalidad, la ética, la competitividad y la responsabilidad social, permitiendo al emprendedor contribuir con su crecimiento personal y, al mismo tiempo, aportando al desarrollo nacional.
Cuando el emprendedor inicia el proyecto, es normal que se cuestione si realmente es el momento oportuno a la formalización o si esta decisión lo llevará por un camino tortuoso y extemporáneo que no generará los beneficios esperados. No obstante, si se detiene y analiza esta duda, descubrirá que formalizar su negocio le abre puertas que van más allá de sus expectativas iniciales.
Beneficios de formalizar un negocio
La formalización brinda la oportunidad de acceder a servicios que promueven la competitividad y el desarrollo, como por ejemplo, el formar parte de asociaciones y cooperativas conformadas por miembros del mismo sector productivo.
La protección legal que proporciona el formalizar el negocio es una armadura indispensable para asegurar la protección del patrimonio personal frente a las acciones legales que terceros puedan intentar contra la empresa. Esto brinda una mayor seguridad al momento de tomar decisiones y asumir riesgos, pues se crea una persona jurídica distinta, con un patrimonio separado del patrimonio personal del emprendedor.
Otro aspecto positivo es que permite acceder a diversas fuentes de financiamiento, como es el acceso a préstamos de la banca formal, lo cual es un factor muy importante en el apalancamiento de un proyecto.
En estos tiempos, la formalización ya es una necesidad que impone el mercado, dando la facilidad de exportar productos y servicios a otros países, de convertirse proveedores del estado, entre otras cosas. Además, proyecta una imagen a los clientes, empleados y público en general de organización, responsabilidad y conciencia social.
Proceso de formalización del negocio
El marco legal para la formalización se encuentra principalmente en la Ley No. 479-08 de Sociedades Comerciales y Empresas Individuales de Responsabilidad Limitada y su modificación, esta ofrece vehículos societarios idóneos, que se ajustan al tamaño del emprendimiento, con una estructura legal que simplifica su formación y funcionamiento.
El desarrollo de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) y el aumento en los emprendimientos, tanto a nivel nacional como internacional, además del impacto positivo de estas empresas en la economía nacional, ha motivado al Estado Dominicano a promover una política de apoyo para los nuevos y pequeños empresarios.
Como ejemplo está en el Viceministerio de Fomento a la Pequeña y Mediana Empresa, dependencia del Ministerio de Industria y Comercio, el cual busca incentivar el fortalecimiento sostenible de las micro, pequeñas y medianas empresas. Además, ha impulsado junto con otras instituciones la creación del portal virtual www.formalizate.gob.do, que consiste en una ventanilla única para la constitución de una sociedad, donde todas las instituciones que juegan un papel en el proceso de la formalización se encuentran.
Asimismo, la Dirección General de Impuestos Internos cuenta con una Oficina Virtual, en la que es posible obtener el Registro Nacional de Contribuyentes de una empresa de manera fácil y rápida.
En conclusión, el proceso de formalización de un negocio se constituye en un ingrediente esencial para su crecimiento y desarrollo, abre puertas de prosperidad para el emprendedor y para el país. Las herramientas para realizarlo de manera orgánica, así como, la información necesaria, está al alcance de todos, solo es necesaria disposición, visión de crecimiento y voluntad de trabajo para entrar en la formalidad y descubrir un mundo de posibilidades.
