La violencia económica puede manifestarse de formas tan sutiles que, muchas veces, no se perciben como actos de control o abuso. Comentarios como “tienes que dejar de trabajar”, el aislamiento de las decisiones sobre la administración del dinero del hogar o el impedimento para acceder a cuentas bancarias son ejemplos de prácticas normalizadas que perpetúan la dependencia económica y menoscaban la autoestima.
Según ONU Mujeres, la violencia económica consiste en “lograr o intentar conseguir la dependencia financiera de otra persona, manteniendo para ello un control total sobre sus recursos financieros, impidiéndole acceder a ellos y prohibiéndole trabajar o asistir a la escuela”.
Aunque cualquier miembro en una relación de pareja puede ser víctima, esta modalidad es más frecuente contra las mujeres. Cuando sucede, se limita su autonomía económica —esa capacidad para producir recursos y bienes propios1— y, a su vez, se acentúan las condiciones de desigualdad y vulnerabilidad.
En la República Dominicana, una de cada cinco (21%) mujeres afirma haber sido víctima de este tipo de violencia, de acuerdo con datos divulgados en 2023 por el Observatorio de Género de la Oficina Nacional de Estadística (ONE).
Manifestaciones de la violencia económica
La violencia económica se manifiesta de distintas maneras dentro de cualquier relación, independientemente del nivel de ingresos. Incluso puede mantenerse después de una separación en el caso de las parejas o uniones. En términos generales, algunas formas en las que se presenta incluyen:
- Control económico sobre las compras del hogar.
- Negación de recursos económicos básicos.
- Control del ingreso propio.
- Ocultamiento de información financiera.
- Condicionamiento para abandonar el empleo.
- Impedimento del desarrollo profesional.
- Control sobre gastos personales.
- Desigualdad en el manejo de recursos.
- Endeudamiento a nombre de la víctima.
- Impedimento para acceder a productos bancarios.
Escenarios de violencia económica contra la mujer, según la psicóloga Soraya Lara:
- Cuando hay críticas o restricciones para gastar en necesidades personales como peluquería, ropa o cuidado personal.
- Cuando hay manipulación para que tome préstamos debido a su mejor crédito, bajo pretextos, use de manera irresponsable de la tarjeta crédito, o sea su codeudor.
- Cuando pone condiciones como “si quieres seguir conmigo, tienes que dejar de trabajar.”
- Cuando le impide hacer las compras del supermercado o decide en qué se gasta.
- Cuando no se hace responsable de los gastos ni deudas del hogar.
En casos específicos donde hay ocultamiento y distracción de bienes, se habla de violencia económica patrimonial. Por ejemplo, esto ocurre cuando el agresor pone a su nombre, o al de un familiar, las propiedades de la pareja.
Una investigación realizada por el Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (PACAM), con una muestra de 170 mujeres que solicitaron ayuda psicológica, reveló que el 69% sufrió violencia económico-patrimonial. Además, al 47.6% su pareja le escondía cuánto ganaba y al 28.2% le ocultaron las propiedades y bienes que poseían.
Cabe destacar que una persona productiva, que genera ingresos, puede convertirse en víctima de este tipo de violencia financiera cuando su pareja toma el control de su salario.
Impacto emocional: “La violencia económica no se da sola”
Durante una entrevista sobre las manifestaciones de la violencia económica, Soraya Lara Caba, presidenta del PACAM, explicó que este tipo de violencia afecta no solo el acceso a recursos, sino también el bienestar emocional de las mujeres.
“A mayor violencia económico-patrimonial, mayor depresión, mayor ansiedad, mayor ideación suicida y mayores síntomas de estrés postraumático. La violencia no se da sola”, aseguró la psicóloga y terapeuta, al explicar que hay una correlación entre los síntomas de un tipo de violencia y otro. En otras palabras, en una víctima de violencia económica pueden coexistir síntomas de violencia psicológica, física o sexual.
De los casos de estudio, hay un 53.5% que sufrió violencia sexual; física, un 66.5%, y psicológica, el 100%.
Hacia la independencia económica
Una persona víctima de violencia económica puede salir de esa situación, pero el primer paso es tomar conciencia de lo que está pasando. La doctora Lara Caba señala que, en ocasiones, la víctima no se da cuenta de que está siendo controlada y manipulada financieramente debido a las tácticas de encubrimiento que utiliza el agresor.
Asimismo, es igual de importante que los familiares comprendan que está enfrentando una situación como esa para que puedan ofrecer su apoyo.
También recomienda buscar ayuda psicológica. La orientación de un profesional puede facilitar la identificación de los síntomas de abuso financiero, mejorar la autoestima y trabajar en cortar la dependencia.
Entender que no es sano que alguien te prive de manejar tu propio dinero, te obligue a endeudarte por ellos o tome decisiones económicas importantes sin consultarte, es una forma de conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y avanzar hacia una vida de independencia económica.
- PNUD. Removiendo las barreras de la inclusión financiera de las mujeres y otros grupos poblacionales en América Latina y el Caribe. Disponible en: inclusion_financiera_mujeres_alc_1.pdf ↩︎