Por: Liliany Martínez, Comunicaciones ABA
Como es bien sabido, la actividad bancaria se compone de varias operaciones que se interrelacionan y hacen posible el flujo del dinero dentro de la economía.
Un ejemplo de estas lo constituye la intermediación entre el ahorro y el crédito, que pone de manifiesto una de las funciones esenciales de los bancos: la captación de recursos del público, utilizando luego parte de estos para conceder diferentes tipos de financiamientos a las personas y empresas.
En este primer paso de la dinámica (la obtención de los fondos), las entidades bancarias asumen compromisos con sus depositantes, convirtiéndolos en acreedores, ya que pusieron sus recursos a disposición del banco para que este pueda transformarlos en créditos, realizar inversiones y otras operaciones.
Dentro de las responsabilidades de los bancos frente a dichos acreedores están la de resguardar su dinero y garantizar su disponibilidad, además de hacer que este pueda incrementarse.
¿Cómo lo hacen?
Las instituciones bancarias pagan a sus ahorrantes cierta suma de dinero por el hecho de mantener sus recursos en la institución. Esto posibilita que los ahorros pueden tener un rendimiento.
Para dar cumplimiento a esta y otras de las obligaciones contraídas, los bancos cuentan con activos productivos que generan rentabilidad, a través del rendimiento que obtienen de los préstamos, las inversiones, etcétera.
En este sentido, los ingresos que reciben los bancos les permite cubrir el costo que representa el encaje legal, los costos de operación y administración, además del beneficio.
Es en estos aspectos donde radica la importancia de que el banco vele por el pago de los financiamientos por parte de los agentes a quienes se les otorgan, para mantener la estabilidad en las distintas actividades que llevan a cabo.
Aun cuando los deudores no puedan realizar este pago por cualquier razón, las instituciones bancarias deben continuar respondiendo a los acreedores por el dinero que han concedido y, por igual, cubrir sus demás gastos.
Según estadísticas de la Superintendencia de Bancos de la República Dominicana, a octubre del presente año los intereses pagados por los bancos múltiples alcanzaron la cifra de RD$33,358 millones.
“Los gastos de los bancos están relacionados a sus ingresos y de no recibirlos se podría afectar su liquidez y patrimonio, entre otras desfavorables consecuencias’’, explica Manuel González, Director Técnico de la Asociación de Bancos Comerciales de la República Dominicana.
Visto lo anterior, sin lugar a duda la actividad bancaria se compone de un proceso en el que cada una de las partes cumple un rol esencial para mantener la sostenibilidad del sistema financiero, que a su vez favorece un mejor funcionamiento de la economía de los países.