Hemos expresado en varias ocasiones que los dominicanos debemos esperar que la economía crezca con mayor lentitud el año próximo. Es una consecuencia lógica de la reducción del déficit fiscal, pues éste no estaba siendo financiado exclusivamente con recursos internos.
El gobierno puede financiar su déficit vendiendo valores localmente o en el exterior. Si lo hace localmente, absorbe fondos que podrían haber sido usados por el sector privado, lo que implica que el crecimiento de la actividad económica generada por el déficit tiende a ser frenada por una menor expansión del gasto y la inversión privada. No sucede así, sin embargo, con el financiamiento vía el mercado externo, el cual no afecta las disponibilidades locales de fondos.
Reducir el déficit al 2.7% del PIB supondrá un menor estímulo para la economía pues era financiado parcialmente con fondos externos. Cuánto menor dependerá de cómo se financie ese 2.7% remanente. Aunque pudiera financiarse localmente, es probable que el gobierno, para disminuir el efecto negativo de la baja sobre el crecimiento y conseguir dólares, cubra una parte significativa con deuda externa, lo que es confirmado por la información dada ayer por Diario Libre de que se planean emisiones por valor de US1,500 millones.
Ese dato fue acompañado por un estimado del crecimiento que describe una tendencia declinante, desde el 7.8% en el 2010, al 4.5%, 3.8% y 3.0% del 2011 al 2013.
Pero hay que tener en cuenta que un menor crecimiento con estabilidad es mejor que un crecimiento más alto sobre bases inestables. Debemos aspirar a un crecimiento compatible con una reducción en el déficit corriente de la balanza de pagos, un menor endeudamiento privado externo y un fortalecimiento en las reservas de divisas del Banco Central. La disminución en la demanda agregada y los dólares provenientes de las nuevas colocaciones contribuirán a lograr esos fines.
Artículo del Sr. Gustavo Volmar, publicado en el periódico Diario Libre, en la columna “Global y Variable”. Viernes 07 de diciembre de 2012.