En 1977, la Organización de Naciones Unidas (ONU), proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. A partir de ese entonces, año tras año, celebramos los avances económicos, sociales, culturales y políticos que las mujeres, a base de sus luchas e incansable trabajo, han alcanzado en todo el mundo.
De la misma manera, la fecha sirve también para reflexionar acerca de las desigualdades que las mujeres aún enfrentan a nivel global, esas desigualdades se traducen en menor participación de las mujeres en el mercado laboral, pago desigual en relación con los hombres, menor acceso a educación, salud, a la representación política y son más propensas a sufrir violencia física y/o psicológica. La lucha continua contra esas desigualdades reviste tal importancia que, la ONU designó la igualdad de género como el quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible.
De acuerdo a estadísticas del Banco Mundial, para el año 2023, las mujeres representaban el 49.7% de la población mundial, es decir, casi la mitad. No obstante, estas solo tienen una participación del 40% en la fuerza laboral. Es decir, su participación en el mercado laboral es menos que proporcional a su participación en la población mundial[1].
En otras palabras, aún existen desigualdades (menor acceso a educación, salud, entre otras) o barreras estructurales (responsabilidad en el cuidado de los hijos, entre otras), que les impiden una mayor participación en el mercado laboral. Desde un punto de vista netamente económico, si no se hace nada para reducir esas desigualdades, el potencial que representan las mujeres para una economía nunca llega a materializarse e incrementar los niveles de bienestar se vuelve más difícil[2].
Esa realidad no es muy distinta en República Dominicana. En este sentido, datos de la Encuesta Nacional Continua del Banco Central, evidencian las dificultades que enfrentan las mujeres para ingresar al mercado laboral. En este sentido, del total de la Población Económicamente Activa (PEA), solamente el 43% son mujeres (Gráfico 1A).
Asimismo, la tasa de desocupación, tanto abierta como ampliada, es mayor en las mujeres. (ver gráfico 1B).
Sin embargo, en los últimos años se han identificado indicios alentadores que reflejan el progreso de las mujeres en el ámbito laboral. Por ejemplo, del total de mujeres empleadas, un 62.2% trabaja en el sector formal, en contraste con solo un 43.7% de los hombres. Además, se ha observado un aumento en la proporción de mujeres con educación superior, representando un 59.9% de los ocupados con alguna profesión. [3]
En este contexto, el sector bancario emerge como un actor clave en la promoción de la inclusión financiera y el empoderamiento económico de las mujeres en la República Dominicana. A través del crédito bancario y otros servicios financieros, los bancos pueden contribuir significativamente al bienestar económico de las mujeres.
Así, los datos reflejan que, durante la última década, el crédito a las mujeres (personas físicas)[4], pasó de RD$99,341 millones en 2014 a RD$352,508 millones en 2024, para un crecimiento acumulado de 255% y un crecimiento promedio anual de 13.6%, siendo este un crecimiento más acelerado en comparación a la cartera total de los hombres (12.3%). Gracias a este buen desempeño, la participación de las mujeres en el crédito bancario mejoró, pasando de 35.1% en 2014 a 37.7% en 2024.
Por otro lado, las cuentas de ahorro pertenecientes a mujeres pasaron de 2.2 millones en 2014 a 3.5 millones en 2024, lo que representa un crecimiento acumulado del 55% y un crecimiento promedio anual de 4.6%, un crecimiento superior en comparación al de las cuentas de hombres (3.7%). Así, gracias a ese crecimiento, entre 2014 y 2024, la participación de las mujeres en la posesión de cuentas de ahorros aumentó de un 47.5% a 49.7%.
A pesar de eso, la participación aún minoritaria de la mujer, tanto a nivel del crédito como en la titularidad de cuentas de ahorro, revela que los desafíos en torno a la equidad en materia de inclusión financiera persisten, lo que indica la necesidad de abordar las barreras estructurales y culturales que aún pueden estar limitando el acceso de las mujeres al financiamiento.
La iniciativa del Código Financiero para la Mujer Emprendedora (WE Finance Code) representa un hito en el compromiso de la Asociación de Bancos Múltiples de la República Dominicana (ABA) con la equidad de género y el empoderamiento económico de las mujeres en el ámbito empresarial. América Latina y el Caribe es la región más emprendedora del mundo, con un 33% de las mujeres manifestando intención de emprender y un crecimiento del 21% en la creación de negocios liderados por mujeres. Sin embargo, a pesar de que el 40% de estos emprendimientos tienen alto potencial de innovación, persisten importantes barreras relacionadas con el acceso al financiamiento y la adopción de herramientas digitales[5].
En este contexto, los bancos dominicanos han trabajado activamente desde 2023 en la implementación del WE Finance Code, logrando avances significativos en la recolección y desagregación de datos de crédito a mipymes por género. Actualmente, las entidades financieras están generando y utilizando esta información para análisis estratégicos y para la transformación de sus modelos de negocio con el fin de ofrecer soluciones adaptadas a las necesidades de las empresarias. Instituciones como Banco de Reservas, Banco Popular, Banco BHD, Banco Santa Cruz, Banco Caribe, Banco Ademi, Promerica, Scotiabank, Banco Confisa, Banco Adopem y Banesco han venido desarrollando estrategias y ajustando sus procesos internos para fortalecer la inclusión financiera de este segmento.
Paralelamente, la ABA ha avanzado en la sistematización de la experiencia de República Dominicana dentro del WE Finance Code, consolidando su liderazgo entre los países que han adoptado esta iniciativa. Actualmente, la coalición nacional se ha enfocado en la creación de un entorno habilitador que garantice la sostenibilidad del código. Esto incluye el desarrollo de estrategias conjuntas para el fortalecimiento de las MIPYMES lideradas por mujeres a través de capacitación, digitalización y la simplificación de procesos fiscales que faciliten su acceso al financiamiento formal.
El impacto de estas acciones no solo fortalece el tejido empresarial femenino, sino que también impulsa la estabilidad y diversificación del sistema financiero en la región. La inclusión financiera de las mujeres emprendedoras genera efectos multiplicadores en la economía, incrementando la productividad, reduciendo brechas de desigualdad y promoviendo un desarrollo más equitativo y sostenible. En este sentido, la banca tiene una oportunidad única para consolidarse como un actor clave en la transformación del ecosistema empresarial femenino, maximizando el impacto económico y social a través de soluciones financieras innovadoras y accesibles.
En conclusión, el WE Finance Code no es solo un compromiso institucional, sino una estrategia transformadora que impulsa la inclusión financiera y fortalece el desarrollo económico de la región. República Dominicana ha asumido un rol de liderazgo en la implementación de este modelo, estableciendo un referente para otras economías de América Latina. No obstante, su éxito dependerá de la capacidad del sistema financiero para profundizar la recopilación y el análisis de datos con perspectiva de género, optimizar la oferta de productos financieros adaptados a las necesidades de las mujeres empresarias y fomentar políticas públicas que promuevan un acceso equitativo al crédito.
La equidad financiera no solo beneficia a las mujeres, sino que genera impactos positivos en la estabilidad económica, la productividad y el crecimiento sostenible del país. En este Día Internacional de la Mujer, el sector bancario reafirma su compromiso con la construcción de un ecosistema financiero más inclusivo, donde cada mujer emprendedora tenga las herramientas necesarias para expandir su negocio, innovar y contribuir al desarrollo social y económico de la región.
En un mundo en constante evolución, el Día Internacional de la Mujer nos recuerda la importancia de renovar nuestro compromiso colectivo de construir un futuro más inclusivo, equitativo y sostenible para todas las personas, sin importar su género. Desde ABA, se seguirá trabajando, de forma coordinada con las autoridades, organismos internacionales y la sociedad civil, para promover y mejorar la calidad de vida de las mujeres a través de un mayor acceso al sistema financiero formal.
[1] Indicadores Mundiales de Desarrollo (WDI), Banco Mundial:
https://databank.worldbank.org/source/world-development-indicators#
[2] Organización de las Naciones Unidas (ONU). “Igualdad de Género: ¿Por qué es importante?” http://www.un.org/ sustainabledevelopment/es/
[3] Informe de situación macroeconómica – Datos desagregados por género, enero 2024 (Edición especial), https://mepyd.gob.do/publicaciones/informe-de-situacion-macroeconomica-datos-desagregados-por-genero-enero-2024
[4] Lo que incluye créditos de consumo, hipotecarios y comerciales.
[5] Fuente: Global Entrepreneurship Monitor – GEM