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Después de las elecciones, por Gustavo Volmar

RD no está en condiciones de sostener un esquema político populista que crea méritos y derechos sobre los recursos públicos, a nivel de empleos, ayudas o contratos.

Al momento de escribir estas líneas no eran conocidos los resultados de las elecciones, ni si sería necesaria una segunda vuelta. Pero cualquiera que haya sido el resultado, los problemas del país están ahí, los mismos para todos los candidatos, en espera de solución.

Hemos insistido muchas veces en que esa solución no está en el presupuesto del Estado. Por más cosas que se quiera hacer con los fondos públicos, éstos serán insuficientes para atender a las grandes necesidades sociales. Sencillamente, es imposible atender desde el Estado todas las demandas de educación, salud, vivienda, alimentación, transporte y demás renglones que la población requiere. Hay que involucrar necesariamente a la inversión privada en esa tarea, y aún así quedarán muchas necesidades insatisfechas.

Pero para lograr que el sector privado decida invertir en esas áreas prioritarias, no es suficiente exhortarlos o apelar a su patriotismo. Hay que hacer que le sea rentable, que le resulte más lucrativo que invertir en traer importaciones, construir villas, fomentar apuestas o abrir centros nocturnos. Una gran labor pendiente para el próximo gobierno será crear los incentivos para que eso ocurra, lo que implicaría que el gasto público deje de ser el único eje de la política fiscal.

Se deberá reconocer también que la República Dominicana no está en condiciones de sostener un esquema político populista que crea méritos y derechos sobre los recursos públicos, a nivel de empleos, ayudas o contratos. No poseemos petróleo, no somos una potencia tecnológica, tenemos una de las más altas densidades de población por km2 de territorio en Latinoamérica y, nos guste o no, estamos obligados a absorber parte de la población indigente de Haití.

Cambiar ese estado de cosas no será fácil, pues involucra contrariar intereses muy consolidados. Pero el mayor reto será poder modificar nuestros hábitos de pensamiento y conducta.

Artículo publicado en el periódico Diario Libre, en la columna “Global y Variable”. Lunes 21 de mayo de 2012.